T11: FRAUDE,
PATOLOGÍA Y CURIOSIDADES CIENTÍFICAS
Una vez más se mezclan una gran cantidad de ideas en las diferentes
lecturas sobre este tema. Plagios, mentiras, mala praxis, fraudes, responsabilidades,
el complejo lenguaje científico,… Podríamos renombrar este tema, como si de una
película se tratase, como: “El lado oculto de la ciencia”.
Parece que no todo es simplemente investigar y comunicar los
correspondientes hallazgos. En una continua lucha por alcanzar prestigio (y por
consiguiente dinero y financiación, y en algunos casos poder) la mayoría de los
investigadores pugnan por sumar publicaciones a su curriculum.
Cuantas más publicaciones tengas mejor y si además se han publicado en
revistas con alto impacto tu valoración sube aún más. Estas publicaciones te
ayudan a tener más y mejor financiación. Con una buena financiación es más
fácil realizar más investigación, seguir publicando y mantener el prestigio.
¿No podría parecer un círculo cerrado?
Esta presión por publicar para mantener una posición (tanto de
prestigio profesional como económica) lleva, y parecer ser que muy
habitualmente, a utilizar “atajos” muy cuestionables. Ocultar datos no
favorables o resultados negativos, inventarse datos, manipular la estadística
para que diga lo que se quiere, plantear mal los experimentos, etc.
Todas estas prácticas están íntima e irremediablemente ligadas al tema
anterior sobre los indicadores de calidad.
¿Cómo podemos saber si un artículo es realmente auténtico o ha sido
fruto de prácticas fraudulentas? ¿Solo porque haya sido citado muchas veces? También
hemos visto que incluso artículos citados en muchas ocasiones son un fraude. Y
no olvidemos el dato: el 35% de los artículos publicados a lo largo de un año
nunca serán citados.
Y al contrario, ¿si un artículo es bueno y se rechaza debido a la
subjetividad de los revisores? (puede darse el caso que compita directamente
con trabajos de los propios revisores, ya que las revisiones se llevan a cabo
por personas que trabajan en temas cercanos a lo revisado). Y si además ¿el autor
no es conocido? Resulta entonces más difícil publicar, sobre todo en
determinadas revistas. Al fin y al cabo las publicaciones también mueven
cantidad de intereses.
Todas estas reflexiones nos pueden llevar a tener una posición escéptica
en relación a los criterios establecidos, tanto los relacionados con la calidad,
como los de valoración y méritos, y abocarnos a plantearnos gran cantidad de
preguntas. Como ejemplos estas: ¿Habría otra manera de valorar el trabajo
científico?, ¿hay investigaciones más importantes que otras?, ¿y quién decide
si es así?
No quisiera acabar esta entrada sin mencionar el artículo sobre plagio
donde se mencionan dos conceptos destacables: responsables y culpables. Pensemos
sobre lo acostumbrados que estamos a
buscar culpables para que paguen el pato, en cualquier faceta de la vida, pero
qué poco vemos que los responsables de algo se hagan cargo de sus decisiones.
Sin duda, un tema para reflexionar. Pero al final, la culpa, seguro, será del
becario.